La independencia significa, con respecto a los países, lo que para las personas adultas significa mandarse en su propia casa. Es la forma que casi todos los pueblos del mundo han escogido para gobernarse a si mismos y ser dueños de su propio destino. La independencia nos capacita para interactuar con el resto del mundo, con personalidad propia, a base de decisiones tomadas por nosotros mismos y no por un gobierno extranjero.
La independencia es el derecho de nuestro pueblo a mandarse en su propia tierra mediante un gobierno plenamente democrático que proteja los derechos humanos y afirme nuestra nacionalidad e idioma. Es el disfrute de todos los poderes y atributos de la soberanía que son necesarios para lograr mayor desarrollo y prosperidad, incluyendo las poderes para estimular y promover nuestra industria, agricultura y comercio, controlar la inmigración y negociar acuerdos internacionales que amplíen mercados y promuevan inversiones de otros países.
Se había creado en el territorio salvadoreño, una clase social de terratenientes descendientes directos de los primeros colonizadores y conquistadores que partiendo de las "encomiendas" pasaron a las "haciendas" y de esta manera fueron apropiándose de grandes latifundios. Por supuesto, que mientras ejercía su control la Corona Española, estos hacendados tenían obligatoriamente que pagar impuestos sobre el valor de sus propiedades y producciones, y esa dominación creo un sentimiento de descontento.
Por poner algunos ejemplos de los intereses económicos que se escondían tras la lucha independentista, podemos mencionar al P. José Matías Delgado quien era propietario de la hacienda Buena Vista de producción añilera y con una extensión de más de 1500 manzanas; al Gral. Manuel José Arce con propiedades que sumaban 11,648 manzanas, entre las que destacaban las haciendas San Lucas y San Diego en San Salvador; y al prócer libertador de los esclavos, P. José Simeón Cañas, quien poseía la hacienda Jalponguita en Zacatecoluca, con una extensión de 1728 manzanas .
Partiendo de esto, podemos afirmar que los movimientos independentistas estuvieron ligados estrechamente con los entes económicos de dominación, ya que con la independencia no se modificaron en absoluto las formas de tenencia de la tierra y los hilos del poder económico quedaron en las mismas manos.
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